
La ruta que nos une al mundo
27/11/2023
Por Myxell Vargas
El creciente interés por el patrimonio cultural es uno de los motores del turismo actual. Hay muchos cuyos viajes son motivados casi exclusivamente por valores patrimoniales, como la gastronomía autóctona, las creencias, el arte y las costumbres característicos de cada país.
Los turistas no son atraídos únicamente por nuestras hermosas playas, bosques, montañas y ríos, o por ser un centro de compras o por nuestro Canal. Aunque son factores que pueden influir en sus motivaciones, la realidad es que la imagen que se llevan, una vez van de regreso, es más de índole cultural. La proyección del país no necesariamente es privativa de las instituciones o de las empresas de la industria turística. En realidad, cada uno de nosotros tenemos la capacidad de promocionar el turismo con nuestra cultura.
Panamá es un país rico en cultura. Nuestras raíces son diversas como las etnias que la componen. Nuestra herencia proviene de distintos puntos del orbe. La investigación “Panamá, un país indígena mestizo”, señala que nuestro genotipo proviene, principalmente, de los indígenas, con un 39.7% de contribución genética; del europeo, con un 27.4%, y del africano, con un 32.9%.
La pregunta que cabe es ¿Cómo proyectar nuestro patrimonio cultural al turismo si nosotros no conocemos de dónde venimos?
El término “Identidad” es utilizado mucho por la presente generación. A menudo, he escuchado a personas preguntarse quiénes son y hacia dónde van. La pregunta que debemos hacernos es ¿de dónde venimos? Sería un buen inicio para explorar las raíces de nuestra identidad. Me atrevería a afirmar que no sabemos quiénes somos porque no sabemos de dónde venimos. Desconocemos nuestras raíces culturales y tradiciones, eso que nos hace país, familia, sociedad.
En 2019, se realizó una encuesta a estudiantes de undécimo y duodécimo grado de tres diferentes escuelas oficiales de la ciudad de Panamá. La encuesta tenía el objetivo de conocer la percepción sobre la construcción de la identidad en la adolescencia. La mayoría de los participantes se definió como una mezcla de etnias, mestiza o mulata. En cuanto a la cantidad y calidad de la información que se impartía en el aula sobre los diferentes grupos étnicos y culturales, coincidieron en que recibían sólo “algo de información”. Es evidente que hay mucho por mejorar: las consecuencias de no tener una identidad cultural son alarmantes. Ello trae como resultado una falta de nacionalismo reflexivo, consecuencia del desconocimiento de nuestros orígenes.
Los grandes cambios surgen de pequeñas iniciativas. Promover nuestra cultura desde el conocimiento debe ser parte de la nueva dinámica de aportar a la imagen de Panamá en el escenario internacional. Como ciudadanos, podemos incidir en la imagen del país. Todos podemos contribuir a promover el patrimonio cultural nacional. Para ello, es imprescindible indagar y reproducir.
Indagar ayuda a rescatar las costumbres y tradiciones. Si conoces a alguien que sepa sobre platillos de antaño, elaboración de artesanías, cuentos, leyendas, juegos y rondas, trata de aprender de ellos. Nuestros abuelos pueden ser una excelente fuente de información. Aprende sobre su estilo de vida, su cotidianidad, la de sus padres o de sus abuelos. Esta información de fuente directa puede ser un aporte a nuestro sentido de identidad y pertenencia.
Reproducir es usar los recursos, herramientas y medios para difundir nuestro patrimonio cultural. El internet y las redes sociales son alternativas de difusión que podemos utilizar para visibilizar estos elementos culturales a nivel mundial.
El conocimiento que tengamos de nuestra cultura debe ser compartido. Comenta a familiares y conocidos de tu entorno sobre el patrimonio cultural de Panamá. Busquemos aquello que nos hace sentir orgullosos de nuestra provincia y de nuestro país: démoslo a conocer.
La globalización es un fenómeno del que no podemos escapar. No seremos absorbidos si recordamos nuestro pasado, nuestros orígenes, nuestros logros, hazañas, nuestros héroes e, incluso, aquellos errores que cometimos como nación y lo que aprendimos de ellos. La suma de todas nuestras vivencias, de aciertos y errores es el camino que nos trajo a lo que hoy somos. Conozcamos nuestras raíces y nuestra identidad y proyectemos, desde el conocimiento, quiénes somos, al mundo.